Pamela Gallardo y Julia Navajas – Gestión de la creatividad detrás de Diabla
Autor: Olimpia Peñaloza
EC.art: ¿Quienes son Pamela y Julia, y qué es Diabla?
P.G.: Somos dos tarijeñas, amigas desde muy pequeñas, unidas por el arte. Es ahí donde nace Diabla. La firma no fue pensada como tal, se fue construyendo y consolidando a través de una serie de experiencias. Iniciamos con el diseño de una pieza y terminamos incluyendo todo lo relacionado con la cultura y el patrimonio de Bolivia. Al querer implementar tejidos y técnicas en nuestros accesorios, nos dimos cuenta de que este arte ancestral, tan importante para la cultura boliviana, se estaba perdiendo. La gente que realizaba estos trabajos migraba a las ciudades porque no les resultaba rentable competir con la producción industrial, y tampoco estaban transmitiendo el oficio a las generaciones más jóvenes.
Hoy en día, Diabla es una firma de moda sostenible que recupera y revaloriza tejidos y técnicas ancestrales a través de prendas de vestir y accesorios de lujo de diseño exclusivo. La visión de Diabla es que las personas se sientan orgullosas de nuestro país y lleven un pedacito de Bolivia con ellos.
EC.art: ¿Qué las inspira a convertirse en un emprendimiento y cómo identifican la oportunidad en la que basan su negocio?
J.N.: Iniciamos como un proyecto sin una estructura definida, pero estábamos motivadas por la cultura y el arte. En el colegio nos enseñan historia, pero no nos enseñan a amar la historia de nuestro país. Con el tiempo, nos hemos interiorizado tanto que ha surgido un amor profundo por los tejidos artesanales.
Hace algunos años, viajamos por Bolivia en busca de comunidades donde aún se mantienen vivas las técnicas de tejido y tintes naturales. Introducir el tejido de aguayo, por ejemplo, nos generaba mucha incertidumbre, ya que nos enfrentábamos a un fuerte regionalismo y no sabíamos cómo sería recibido por los clientes.
P.G.: También ocurre que en las comunidades, los artesanos son muy recelosos con su trabajo y tienen miedo de que se aprovechen de ellos debido a su historia. Por lo tanto, nos lleva tiempo explicarles y crear conciencia hasta que logramos establecer un vínculo. Con los artesanos y artesanas con los que trabajamos, hemos formado un lazo tan fuerte que se han convertido en nuestra familia. También trabajamos enseñándoles a valorar su trabajo y, en el proceso, rompemos paradigmas con nuestras piezas.
EC.art: Según la experiencia que tienen con Diabla, ¿las ideas, la creatividad e innovación son más importantes que tener acceso a capital económico?
P.G.: Obviamente, la creatividad y la innovación son fundamentales para Diabla y para este sector. El acceso al capital también es muy importante. Puedes tener mucha creatividad y ganas, pero si no tienes acceso a fondos y créditos, es más complicado crecer. Hay muchos diseñadores que provienen de familias con alto poder adquisitivo e influencia, lo cual obviamente les brinda más oportunidades. Sin embargo, la creatividad te impulsa a buscar recursos de cualquier manera. Nosotros hemos logrado crecer principalmente gracias a nuestra innovación y creatividad.
EC.art: ¿Cuáles han sido los desafíos más significativos que ha enfrentado como emprendedor creativo?
Un gran desafío al que nos enfrentamos es el plagio y la protección de la propiedad intelectual. Tenemos que asegurarnos de proteger nuestras ideas y todo el contenido creativo que creamos. Hemos notado que muchas personas están atentas a lo que hacemos y luego lo copian. Al principio, esto nos causaba mucha molestia. Ser creativo e innovador y ver a alguien más haciendo lo mismo puede ser desafiante. Tenemos que reinventarnos constantemente, identificar las tendencias y aplicarlas de manera única en Diabla.
Otro desafío importante está en los canales de venta, comercialización y distribución. Tenemos la visión de tener tiendas en los principales departamentos de Bolivia y expandirnos internacionalmente. Sin embargo, los costos son muy altos. Pero creemos que con esfuerzo, todo se puede lograr. Actualmente, contamos con tiendas físicas en La Paz y Tarija, ademas de nuestra pagina web que puedes comprar desde cualquier parte del mundo y nuestras redes sociales.
EC.art: ¿Cómo ha navegado o superado estos desafíos y qué estrategias o recursos ha encontrado más útiles para hacerlo?
P.G.: Participamos en el programa de Pista Ocho, que es una aceleradora de empresas, porque no teníamos conocimiento en ciertas áreas que hemos tenido que abordar por nosotros mismos. Una dificultad común que se enfrenta todo emprendiemiento es la falta de recursos económicos y de educación en administración.
También es difícil encontrar personas que capaciten a los artesanos, tanto en temas económicos como en procesos de calidad para mejorar su trabajo.
Si bien Pista Ocho nos ayudó a tener una visión más clara de la empresa, para lograr todo lo que ellos proyectan, necesitas contar con personas especializadas. No puedes ser un «todólogo» todo el tiempo, ya que resulta agotador. Por lo tanto, es muy importante saber priorizar nuestras habilidades y delegar el resto a profesionales capacitados.
EC.art: ¿Puede discutir el papel del apoyo gubernamental, si lo hubiera, en el crecimiento y desarrollo de su negocio? ¿Qué políticas o programas han sido más beneficiosos para su empresa?
P.G.: Dentro del ámbito gubernamental, el tema impositivo se convierte en una dificultad crítica. Todos somos conscientes de la situación en el mundo del emprendimiento y los negocios, y el gobierno no facilita las cosas. Cuando deseas que más personas trabajen con un sueldo, como emprendedor te enfrentas a una serie de responsabilidades, requisitos y beneficios sociales que pueden asfixiar a cualquier pequeña empresa.
Emprender en Bolivia es duro, y a veces uno se siente tentado a ¨tirar la toalla¨. Hemos buscado diferentes soluciones, como solicitar préstamos bancarios para inversiones o eventos. También hemos aplicado a fondos concursables, y aunque fuimos seleccionadas para representar a Bolivia en varios eventos importantes, como París o Vancouver Fashion Week, igualmente debimos pagar derechos de entrada, lo cual tiene un costo elevado. Por eso, recurrimos a fondos como el Programa de Intervenciones Urbanas (PIU). Sin embargo, en última instancia, estos fondos gubernamentales suelen estar más enfocados para exposición de la marca que para la producción o el crecimiento de la empresa, aunque al final puedan llegar a repercutir en ventas.
EC.art: ¿Cuál ha sido su enfoque para construir un equipo sólido y fomentar una cultura laboral positiva, donde el acceso al talento creativo y calificado puede ser limitado?
P.G.: Con Julia diseñamos de manera tradicional, utilizando papel y lapiz para dibujar y colorear nuestras creaciones. Nos inspiramos en la rica cultura boliviana y buscamos fusionarla con otras culturas y elementos contemporáneos, con el objetivo de mantener nuestras piezas a la vanguardia de la moda.
Contamos con un equipo conformado por artesanos provenientes de diversas comunidades de Bolivia. Cada uno de ellos ejerce su propio oficio y mantiene vivo su arte. Cada pieza que creamos pasa por las manos de cinco personas, lo que refleja el trabajo lento y consciente que realizamos. Observamos que, en general, en Bolivia la artesanía no es bien remunerada, y eso nos llamó mucho la atención. No tiene sentido ni reconocimiento que a un artesano que dedica tanto tiempo en crear una pieza se le pague solo 20 bolivianos. Esta falta de remuneración adecuada también ha llevado a la pérdida de las técnicas ancestrales.
En Diabla, practicamos la moda sostenible y garantizamos un pago justo a nuestros artesanos. Implementamos una economía circular en la cual cada uno de nosotros tiene un rol específico: nosotras diseñamos, otra persona se encarga de bordar o tejer, otra cierra la pieza, y así sucesivamente, generando una cadena de valor completa.
El 90% de nuestros artesanos son mujeres cabezas de familia y que tienen otras responsabilidades en sus hogares o trabajos adicionales. Al brindarles la oportunidad de llevar el trabajo a sus casas y realizarlo en su tiempo libre, ya sea cuidando a sus hijos o durante los momentos en los que no asisten a la universidad, les permitimos conciliar sus responsabilidades familiares y económicas.
Hemos implementado un modelo de trabajo flexible que permite a nuestros artesanos elegir dónde realizar sus labores. Aunque les proporcionamos un espacio en nuestro taller donde pueden trabajar, entendemos y respetamos que prefieran llevarse el trabajo a sus hogares debido a las circunstancias y motivos que mencionaste. Queremos enfatizar que valoramos su libertad de elección y les brindamos esa flexibilidad.
Nuestro sueño es crear un espacio de trabajo conjunto, un atelier, donde todos nuestros artesanos puedan reunirse y tener su propio espacio para llevar a cabo las actividades de producción. Este entorno colaborativo no solo promovería la interacción y el intercambio de ideas entre ellos, sino que también fortalecería el sentido de comunidad y apoyo mutuo. Aspiramos a crear un ambiente inspirador donde cada uno pueda desarrollar plenamente su talento y contribuir al crecimiento de nuestra marca de moda sostenible
EC.art: ¿Usted siente que tiene un ingreso lo suficientemente satisfactorio para tener la vida que desea tener? (Por ejemplo, para mantener una familia.)
P.G.: En Diabla, nos dedicamos al negocio al 100%, lo que nos brinda la oportunidad de equilibrar nuestro trabajo con nuestras responsabilidades familiares. A lo largo del tiempo, hemos experimentado meses en los que nos enfocamos en asegurar que los artesanos reciban una compensación adecuada, incluso si eso significaba que nosotras no recibíamos ganancias. Sin embargo, a través de nuestra determinación y crecimiento continuo, hemos logrado superar estos desafíos y avanzar hacia nuestros objetivos de vivir del arte en Bolivia.
J.N.: Como socias, hemos establecido acuerdos claros y hemos trabajado en estrecha colaboración para asegurarnos de que todas las partes estén alineadas. Tener una sociedad puede ser complicado, ya que debemos tener en cuenta a todo nuestro equipo y sus familias. Nos esforzamos para lograr una estabilidad económica justa para todos los miembros de la familia Diabla. Nuestro objetivo es crear un entorno donde todos puedan prosperar y tener una vida digna a través de su trabajo artesanal.
EC.art: ¿Cómo ve el futuro del emprendimiento en el país y qué consejos daría a los emprendedores bolivianos aspirantes que buscan comenzar sus propias empresas?
P.G.: Estamos convencidas de que las cosas se van dando cuando se abordan con buena fe. Nunca imaginamos que llegaríamos a donde estamos hoy. La vida y el encuentro con las personas adecuadas nos han ido abriendo el camino de manera inesperada. No estaba planeado y nunca hubiéramos imaginado todo esto. Hay quienes piensan que sin recursos económicos no se puede lograr, pero les recomendamos que no se rindan. Si emprenden con amor y pasión, encontrarán la fuerza para superar los obstáculos. Es fundamental tener un objetivo claro. La historia detrás de Diabla y cómo se dieron las circunstancias es apasionante, y recordar todo el esfuerzo que hemos realizado nos impulsa a seguir adelante.
Si deciden emprender, es importante que sepan que trabajarán arduamente y enfrentarán desafíos. Deben ser perseverantes y elegir un proyecto que les apasione, porque habrá momentos en los que se caerán , pero hay que aprender a levarse, darse un sacudida y seguir adelante. Además, la elección de un equipo sólido es fundamental para lograr el éxito.
EC.art: Mirando hacia atrás en su trayectoria, ¿Hay algo que hubieran hecho de manera diferente?
P.G: Al reflexionar sobre nuestra trayectoria, sí identificamos áreas en las que hubiéramos hecho las cosas de manera diferente. En particular, consideramos que el enfoque administrativo podría haber sido más consciente desde el inicio. Habríamos buscado una gestión más eficiente, habríamos tomado decisiones informadas y habríamos establecido procesos claros para garantizar un funcionamiento óptimo en todas las áreas de la empresa.
J.N: En relación al tema financiero, es cierto que enfrentamos desafíos en ese aspecto. Sin embargo, al mirar hacia atrás, no cambiaríamos nada de lo que hemos experimentado. Cada obstáculo financiero que superamos nos ha enseñado valiosas lecciones y nos ha llevado a donde nos encontramos actualmente. Apreciamos el aprendizaje y crecimiento que hemos obtenido a través de esas experiencias, y reconocemos que han contribuido a fortalecernos y a estar donde estamos hoy.
EC.art: ¿Pueden compartir alguna historia o anécdota inspiradora de su experiencia como empresarias creativas?
J.N.: Si algo me llevaría de Diabla serían todas las experiencias que hemos tenido, los viajes que hemos realizado y nuestro inicio. Recuerdo que al principio teníamos muy poco: dos sillas, una mesa, un foco de luz blanca que odiaba porque me daba migrañas y un hervidor eléctrico. Darnos la vuelta hoy y recordar por todo lo que pasamos y lo que hemos logrado nos llena de emocion y ganas de seguir cumpliendo nuestros objetivos.
P.G.: El punto de partida de todo, nuestro primer desfile en Bolivia Moda. Recuerdo que yo viajé desde Tarija a Santa Cruz para desfilar en el evento y acordamos con Juli llevar todo lo que teníamos hasta allí, con la esperanza de que a Pablo Manzoni, el organizador, le gustara lo que hacíamos. Cuando lo vi al finalizar el show, le pedí unos minutos de su tiempo y le conté que mi amiga y yo estábamos comenzando con nuestra marca de accesorios. Yo llevaba puesto uno de los collares que habíamos creado y él quedó asombrado. Ya llevábamos un año con Diabla en ese momento y nos dijo: «Listo, mañana salen en Bolivia Moda». Esa noticia nos asustó y emocionó al mismo tiempo.
Armamos una colección con todo lo que teníamos. La primera presentación puro reciclaje, incluso hicimos un short utilizando una cortina. Todo sucedió muy rápido. Gracias a Pablo Manzoni, gran parte del éxito que hemos tenido fue posible. Nuestra colección salió a la pasarela y al día siguiente, todo el mundo hablaba de Diabla en las redes sociales y en las noticias del evento. Recibimos muy buenas críticas. Fuimos ¨la sorpresa de la noche¨. Creo que ese momento fue uno de los más importantes para nosotras, porque marcó el inicio de algo serio. Diabla dejó de ser solo una afición para convertirse en algo más. A partir de ahí, no hemos dejado de avanzar.