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Lauren Wille Arzabe – Gestión de la creatividad en la imagen

Autor: Olimpia Peñaloza

EC.art: ¿Podrías ofrecernos una breve introducción sobre quién es Lauren Wille y cuál es el trabajo que desarrollas?

L.W.: Soy fotógrafa profesional, crecí en el mundo de la fotografía, mi madre tenía una agencia de publicidad y desde la agencia veía todo el proceso que se realizaba a una fotografía en la computadora, los retoques, los diseños, y el arte final, me encantaba. Mi madre se dio cuenta de mi interés, pedía mi opinión en alguna foto, yo analizaba una foto y decía que tal vez un detalle estaba mal, tendría unos 13, 14 años, no sé si de verdad o simplemente queriendo motivarme, ella hacía corregir el detalle. Cuando alguna empresa llamaba a mi madre pidiendo un trabajo urgente, esa misma noche o al día siguiente ella ya tenía imaginada toda una campaña y así con cada uno de sus clientes. Yo le preguntaba cómo se le ocurrían ideas tan geniales, y me decía que la creatividad es un músculo, no puedes dormirte con la creatividad, y eso lo hice muy parte de mi ser. Cuando veía películas las analizaba de pies a cabeza, videos musicales, cuadros, compraba libros de artistas, diseñadores gráficos, ilustradores, etc. 

Desde muy joven comencé con cursos de cine, ya que cuando estaba por salir del colegio decidí seguir la carrera de fotografía, aquí en Bolivia no había mucho de fotografía. 

Estudié Licenciatura en Fotografía en Argentina, viví cuatro años y medio allá, defendí mi tesis, la cual fue premiada. Volví a Bolivia y en uno o dos meses me fui a Nueva York a hacer unas pasantías con Fadil Berisha quien es el fotógrafo oficial del Miss Universo, Rolex. También ha fotografiado a distintos ex presidentes de Estados Unidos, como Donald Trump, Joe Biden, etc. Es sin duda un alto nivel. Llegué en la época del Fashion Week de Nueva York, y el trabajo fue una maestría para mí, empezamos a hacer campañas de diseñadores, con vestidos valuados en 2 millones de dólares con personas exclusivamente contratadas por los países de origen sólo para manipular los trajes. Cuento esto porque fue un nivel que me impresionó, recuerdo que me levantaba 4 de la mañana, terminamos en la noche. Fue impresionante, aprendí muchísimo. 

Volví a Santa Cruz 2012-13, y empecé a hacer fotografías a las misses, quienes en ese entonces estaban acostumbradas a un tipo de fotografía. Considero que en ese momento fuimos parte de la evolución de la fotografía de mises, pensaba que tenía que hacer algo diferente, pasar del molde de la “pose miss” y llegar a otro nivel. En Bolivia tenemos potencial, tenemos chicas divinas. Con mi fotografía quería llamar la atención internacionalmente. También empecé a hacer bodas, campañas de moda para empresas, fotografías personales, de pareja y productos. 

EC.art: ¿Cómo trabajas tu músculo creativo?

L.W.: Lo primero que hago es una investigación. Con la imaginación en un mundo tan conectado como el de hoy, entras a Pinterest y te sale la misma foto que la persona de la esquina o alguien en la China. Está bien verlo, pero no dejemos que nos limite. Por eso hay que tener otras fuentes. 

Cuando una empresa me contacta, me gusta ver qué es lo que ellos ya hicieron para no hacer algo que ya tienen, y para llevarlo a otro nivel. Primero hago una investigación de trabajos previos. Me gusta llegar a la sesión de fotos sabiendo qué fotos van a salir de ahí, con un tipo de story board con todo ya pensado y definido hasta el más mínimo detalle. El trabajo previo a la sesión para mí es fundamental; no podría llegar a una sesión a ver “qué me inspira”, yo llego a una sesión sabiendo exactamente lo que quiero conseguir. 

EC.art: ¿Las ideas, la creatividad y la innovación son más importantes que el tener acceso a capital?

L.W.: Para mí lo que vale dinero son las ideas. Tu capital técnico lo pueden tener un millón de personas. Son recursos. Pero tu capital de ideas es único. Las dos son importantes, pero una es más fácil de conseguir que la otra. 

EC.art: ¿Cuáles han sido tus mayores desafíos profesionales o personales relacionados a tu empresa?

L.W.: Es difícil de imaginar, pero el ser mujer fue el mayor desafío cuando inicié mi trabajo en Bolivia, y se me paran los pelos de decirlo. Si te pones a pensar en fotógrafos, la mayoría son hombres. No hay muchas fotógrafas haciendo campañas, somos contadas con la mano. Haciendo un análisis de cuando comencé, puedo decir que soy de las primeras. En un inicio tenía momentos donde sentía que tenía que demostrar que era buena. Con la productora con la que trabajé, a veces sentadas en el estudio, que era un super estudio, y en esa época no existían muchos, nos preguntamos si nos subestimaban porque éramos mujeres o porque éramos jóvenes, y nos dimos cuenta de que era porque éramos mujeres. 

No hace mucho, en plena pandemia, yo ya tenía 7 años acá establecida, me llamó un empresa grande del país y me dijeron que les gustaba mucho el trabajo que yo hacía, que querían trabajar conmigo, pero tenían una duda, les preocupaba a uno de los jefes, que si me contratan, yo no podría tirarme al piso para hacer las fotos porque era mujer, nunca pensé que sería una duda tan absurda. Hay gente que no cree que hoy exista ese nivel de machismo, lo más gracioso es que yo estoy en el piso tomando fotos todo el tiempo. 

Otro desafío, en este caso es personal, es que tengo un gran logro y empiezo a pensar cómo superar ese logro. Me pasó con una empresa de celulares, donde fui embajadora, yo era la única mujer, nos explicaron que habría un concurso a nivel mundial y querían una representación de Bolivia. Desde el primer momento pensé en ser la mejor, sabiendo que representaría a mi país, participaron alrededor de 130 países y más de medio millón de fotografías. 

Llegó el plazo, mandé mis fotografías, y luego me avisaron que 3 de mis fotografías fueron seleccionadas de fotos para pasar a la siguiente fase. Luego me llegó un mail donde me informaban que estaba entre los ganadores del concurso y que una de mis fotos estaría en el gran palacio de París. Cuando hablé con los de la telefonía estaban súper emocionados ya que era primera vez que Bolivia llegaba a esa instancia. Me llamaron para estar en la siguiente campaña de lanzamiento en París, hicimos una campaña fotográfica en plena madrugada, esas fotografías les gustaron tanto a la empresa a nivel mundial que las mandaron a todos los países como referencia de cómo tenían que ser las fotografías dentro del manual del teléfono. Recuerdo estar sentada pensando cuál va a ser mi próximo logro y empecé a pensar en mi próxima montaña a conquistar. Es como una adicción a esa adrenalina y luego tienes que trabajar tu mente bastante para volver al paso a paso. 

EC.art: ¿Qué cambios percibes luego de la pandemia en el rubro de la fotografía?

L.W.: Ahora estoy analizando la Inteligencia Artificial, tengo mucha capacidad de adaptación, creo que por eso no sufro mucho los cambios. En la universidad tomé la materia de comercialización donde aprendí este ejemplo: antes, el medio de transporte eran los ferrocarriles, luego, cuando sale el automóvil, los dueños de los ferrocarriles quebraron por los automóviles. ¿Cuál fue el problema? que los dueños de los ferrocarriles pensaban que su negocio era el ferrocarril. Pero su negocio no era ese, su negocio era el transporte. Si ellos hubieran aceptado que se podía implementar otra forma de transporte, tal vez habrían desarrollado ideas resilientes. No te puedes aferrar nunca a tu idea, tienes que ir evolucionando, y preguntarte: ¿qué es lo que el cliente necesita de mí? 

Necesito que una imagen venda. Yo sé hacer esa imagen, ya sea por fotografía, por IA, y ofrecer cosas que nadie más va a poder ofrecer. Algo que nadie va a poder reemplazar es la creatividad. 

EC.art: ¿Qué recomendación le darías a emprendedores Bolivianos?

L.W.: No ser cuadrados, y me refiero al “esto es así”, o “esto funciona así.” Que vean cómo funciona el mundo y desarrollen capacidad de adaptación, uno tiene que correr con las nuevas generaciones. Tenemos que evolucionar, para poder seguir siendo la solución a un problema.

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Sobre el autor

Santiago Laserna 

Santiago Laserna

Economista investigador especializado en temas como la economía creativa, tecnología e innovación, economía cashless, y habitabilidad urbana. Tiene una maestría en Artes, Negocios y Creatividad de la Escuela de Negocios de la Universidad de Newcastle en Inglaterra y fue elegido por la Embajada de Estados Unidos como Humphrey Fellow para el periodo 2017-2018, donde se especializó en Economía para el Desarrollo en Michigan State University.