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Pato Peters y su historia del Rock

En economiacreativa.art siempre estamos buscando casos representativos de emprendedores creativos. Esto, con el propósito de ayudar a ilustrar las diversas maneras en las que una persona puede crear actividades económicas por medio de la creatividad y la innovación. Dentro de estos casos, nos encontramos con un emprendedor creativo que apuesta por una de las industrias más creativas pero más vulnerables de la Economía Creativa: la música.

Si bien no se dedica a hacer música de forma activa, Pato Peters es una de las personas más inquietas en Bolivia dentro de lo que sería considerado el “rock nacional”. Ya sea trabajando en la radio, ayudando a fomentar a los artistas nacionales, abriendo uno de los pocos teatros autosustentables e independientes en el país (Meraki, en Santa Cruz de la Sierra) o innovando con su blog “Sonidos de Acá”, por varias décadas Peters siempre estuvo en el centro de lo que vendría a ser considerada la movida musical alternativa en Bolivia.

Ahora, Peters abre su campo de análisis al resto del mundo para presentarnos “Historia del rock y otras músicas populares”, un curso íntegramente virtual que busca ilustrar al participante sobre la evolución del rock en el mundo, desde sus orígenes hasta la actualidad. El curso se encuentra en vísperas ya de su tercera edición.

A continuación, le haremos unas preguntas a Peters para conocer un poco más sobre este emprendimiento creativo como pocos en el país.

EC.art: ¿Qué te inspiró a ofrecer estos cursos?

P.P.: Creo que, a muchos, la pandemia nos llevó a buscar alternativas a lo que veníamos haciendo, a abrazar la virtualidad, a entender y aceptar nuestra realidad en aquel momento, y a sentirnos desafiados para hacer cosas nuevas.

Esta idea de dictar cursos la tenía desde hace muchos años. El plan, en su momento, allá por 2014, era poder hacerlo a través de una institución, una universidad. Hablé con un par de universidades y con un centro cultural en Santa Cruz, y básicamente, ante la falta de interés, abandoné la idea en 2015.

Recuerdo que, durante la cuarentena rígida, quizás abril o mayo de 2020, estando encerrado en casa, se vino la idea de poder llevar ese proyecto a un plano virtual. Fue ese el momento en el que me puse a trasladar todo lo que tenía, a estructurar, básicamente, todos los contenidos que había pensado para un curso presencial y plasmarlos en un curso virtual.

A diferencia del curso presencial, que lo había pensado desde la llegada del rock n roll, mediados de los años 1950, o quizás un poco antes, hasta los inicios de los años 2000, acá me propuse ir más allá y ofrecer un curso que comprenda más de 200 años de historia musical y no únicamente rock, sino también otros géneros, otras corrientes, subgéneros o estilos, aprovechando la libertad que me otorgaba la modalidad virtual, así como el tener la oportunidad de hacerlo por mi cuenta. El curso terminó cubriendo desde 1790 hasta el presente. Fueron al menos dos años y medio preparando, estructurando, escribiendo, armando las diapositivas y visuales, seleccionando la música y dando forma final a un “producto” del que me siento orgulloso.

Finalmente, en octubre de 2022, pude lanzar esa primera versión. Ya en 2023, en el primer semestre, ofrecí una segunda versión y ahora en septiembre estamos comenzando con esta tercera versión. La idea es poder dictar el curso por lo menos un par de veces (o hasta tres veces) al año.

EC.art: Casi todos los emprendimientos creativos son realizados en cierta medida por “amor al arte” así como por interés empresarial. Pero enfoquémonos por un momento en el segundo aspecto. ¿Crees que los cursos son financieramente sostenibles? ¿Se justifica el tiempo y dedicación que has invertido en ellos? ¿Estás satisfecho con la convocatoria?

P.P: El curso, definitivamente, puede llegar a ser sostenible, creo firmemente en esto como un emprendimiento. Pienso que el tiempo, la dedicación, todos los recursos invertidos en hacerlo, han valido totalmente la pena, y si bien la primera vez fue la que requirió el mayor esfuerzo, las siguientes versiones demandan un menor tiempo invertido. La idea es que cada versión del curso sea revisada y mejorada, pero la mayor inversión -en todo sentido- ya se hizo; ahora son ajustes y complementos que se hacen para cada nueva versión.

Estoy satisfecho viendo desde la perspectiva de que tomaron el curso quienes tenían que tomarlo. Sí debo confesar que me gustaría tener más gente inscrita, pero comparando con otros cursos dictados por conocidos y amigos, no están nada mal mis números.

Mis expectativas eran quizás más altas a un comienzo, pero no pierdo la fe. Sé que con el tiempo se irá pasando la voz y más gente se animará a tomarlo.

EC.art: ¿Cuál dirías que es el producto, servicio o experiencia principal que estás ofreciendo a tus clientes? En otras palabras, cuál dirías que es la motivación principal que tendrían tus “clientes” para escoger lo que ofreces por encima de otras opciones.

P.P: Para comenzar, pienso que una de las ventajas competitivas que ofrece este curso es que no hay opciones similares en español. La mayor parte de cursos de música, si no son todos, están en inglés, y el tema del idioma puede ser una limitante.

También, al cubrir tantos años de historia, desde los inicios de una semi industria de la música -a finales del siglo XVIII- hasta el presente, este curso comprende más de 200 años de historia de música popular, algo que no he podido encontrar en otros cursos virtuales.

Igualmente, al menos para la gente que cursa en tiempo real, la interacción puede llegar a ser otra motivación. No es lo mismo sentarte a ver una grabación que poder compartir entre pares, preguntar, opinar, aportar a la discusión. Pienso que es posible sacarle un mejor provecho a la experiencia.

Algo no menos importante es que en el curso se hace el intento de rescatar música y artistas que muchas veces no aparecen en libros de historia del rock. Es de no creer la cantidad de artistas que son pasados por alto en los libros de historia. El plan nunca fue repetir un currículo universitario o seguir los contenidos de un texto o manual, sino ir más allá y entregar una visión más integrada y completa, acompañada de un contexto político, económico, social y tecnológico.

Y, por último, el curso está acompañado por contenidos complementarios. Cada uno de los cuatro módulos cuenta con una página de recursos seleccionados. Hay más de 2000 discos sugeridos (con sus respectivos enlaces a Spotify), más de un centenar de playlists curadas, cientos de videos (entre clips, documentales, presentaciones en vivo y otros), y decenas de lecturas recomendadas. Si bien sería imposible hablar de todo ese material a lo largo de las clases, estos contenidos sirven para complementar lo avanzado en esos tres meses. Como les digo en clases, el curso es solo una “probadita”, una introducción, pero existe mucho más por explorar y conocer.

EC.art: ¿Qué crees que necesitarías para crecer con este emprendimiento?

P.P: Definitivamente, una mayor exposición, mejores estrategias de posicionamiento y promoción. De momento me he limitado al boca a boca, a utilizar mis redes personales y a contratar publicidad en redes sociales, como Facebook e Instagram. Tengo que hallar maneras de llegar a gente que quizás no consume esas plataformas, pero que bien podría estar interesada en conocer más acerca de la fascinante historia de la música popular.

EC.art: ¿Puedes ofrecernos algún último comentario o reflexión?

P.P: Sólo invitar a la gente a visitar la página www.historiadelrockonline.com, donde está la informacIón completa sobre el curso, con las fechas, contenidos, costos, comentarios de gente que cursó, etc.

Sé que todo panadero alaba su pan, pero difícilmente encontrarán algo similar a todo lo que ofrece este curso.

Sobre el autor

Santiago Laserna 

Santiago Laserna

Economista investigador especializado en temas como la economía creativa, tecnología e innovación, economía cashless, y habitabilidad urbana. Tiene una maestría en Artes, Negocios y Creatividad de la Escuela de Negocios de la Universidad de Newcastle en Inglaterra y fue elegido por la Embajada de Estados Unidos como Humphrey Fellow para el periodo 2017-2018, donde se especializó en Economía para el Desarrollo en Michigan State University.