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Oscar Soza – ozZo ukumari – Gestión de la creatividad detrás de la escultura

 Autor: Olimpia Peñaloza

 

EC.art: ¿Podría proporcionarnos una breve introducción sobre su trabajo y la industria en la que opera?

O.S: Soy parte de un colectivo que se llama ARTErias Urbanas, y de otro colectivo que se llama Sur Aural, soy artista, mi rubro es ser escultor y gestor cultural a la par de realizar algunas instalaciones, investigación y ser profesor. 

EC.art: ¿Qué lo inspiró a convertirse en emprendedor y cómo identificó la oportunidad en la que se basa su negocio?

O.S: Hablaré desde la creación de ARTErias Urbanas, fui parte de la primera generación de la carrera de Arte, y junto con otros compañeros incluso de otras carreras como de la Escuela Nacional de Teatro queríamos ser artistas, trabajar de ello, nos dimos cuenta de que no éramos conocidos y teníamos que darnos a conocer. Comenzamos visitando centros culturales, diferentes espacios, etc. donde nos pedían un portafolio, y nos dieron muchas vueltas por un espacio. Llegó un momento donde le dije a un compañero “nosotros no necesitamos de ellos, ellos necesitan de nosotros”, entonces vimos de hacer un proyecto que era para cambiar ciertas cosas que criticamos del medio, una de ellas era que estos centros culturales siempre estaban ubicados en el centro de la ciudad, eran espacios de alguna manera elitistas, o para ciertos círculos de personas, por lo tanto habían grupos de personas que tampoco tenían acceso a una experiencia artística, lo cual era importante para nosotros, también se mostraba un tipo de arte, sentíamos que en ese entonces el medio de producción artística se abocaba a generar obras o bien esculturales que estaban destinados a espacios como centro culturales, galerías (que en ese tiempo había muy poquitas), nosotros, ese grupo de amigos y colegas éramos de varios rubros, diferentes profesiones, teatro desde la Escuela Nacional, personas de Diakonia, con los temas alineados al cine, también estaba la Escuela de Música de la Universidad Evangélica. Nos reunimos un montón de gente y dijimos “vamos a crear ARTErias Urbanas”.

ARTErias Urbanas fue salir a las calles, intervenir en espacios públicos, por un periodo de tiempo pequeño, porque no teníamos fondos, a partir de eso se abrieron otras puertas, empezamos a entender lo que era la gestión cultural, y empezamos a entender cómo podíamos realizar proyectos artísticos, ya no solo bienes, como un cuadro o una escultura, sino generar otro tipo de servicios. 

EC.art: ¿Usted se considera un emprendedor del sector creativo? ¿Cuál diría usted que es el rol que juega la creatividad y la innovación en su negocio?

O.S: La creatividad juega el rol más importante, cuando comenzamos nuestro proyecto la gente nos decía “¿Qué van a hacer en las calles? En una plaza cerca de un mercado como La Ramada, eso es una locura”, ese momento para nosotros era de generar una experiencia estética, una experiencia artística. La gente no tenía ese acercamiento y en ellos encontrábamos puntos interesantes de conexión con las personas. Uno piensa que tener un cuadro o una escultura es algo que tú tienes, pero compartirlo es una experiencia bonita. Es importante reflexionar en cuanta participación tienen las políticas culturales en el desarrollo de las personas, de los ciudadanos y desde donde estábamos empezamos a entender ciertos debates también, para nosotros eso era bastante nuevo en ese momento, estamos hablando del 2009, 2010, no habían tantas galerías, no habían tantos espacios y tampoco habían tantos proyectos, éramos pocos lo que estábamos haciendo “arte” de alguna manera apoyado con un proceso formativo como la Universidad porque había la carrera de arte. Creo que es muy importante el rol de la innovación, es un diálogo con el contexto y con el tiempo, si no hubiese habido ese contexto en ese tiempo, tal vez no hubiese funcionado, ahora ya cambiaron las situaciones. 

EC.art: ¿Dentro de su negocio, diría que las ideas, la creatividad y la innovación son más importantes que el tener acceso a capital?

O.S: Totalmente tanto la creatividad como la innovación son importantes y fueron más importantes en un inicio, el capital humano fue nuestro capital en ese momento, fue el pilar estructural. Claudia Vaca por ejemplo en la parte de literatura, Pedro “Pajarito” en la parte de circo, junto con varios amigos; a los chicos de La Vaca Teatro, teníamos a muchas personas de la música, teníamos a varias personas desarrollando un arte “alternativo”, y de alguna manera les costaba tener un espacio.

El capital económico, sin creatividad es nulo, no vas a poder generar nada, una buena idea es más atractiva que cualquier monto de dinero, y creo que la creatividad es algo intrínseco que nos ayuda a superar esos problemas económicos. Una de las cosas que hemos trabajado desde el inicio es la autogestión, sabíamos que los fondos eran difíciles de conseguir pero sabíamos que juntos podíamos organizarnos, las fiestas que comenzamos a organizar como Arterias Urbanas donde habían proyecciones, circo, música, obras, era algo completamente diferente para ese momento y la gente quedaba asombrada, preguntaban por qué estábamos haciendo eso, les contábamos del proyecto y nos decían “yo les presto equipo de sonido”, o aparecía un camión para llevar las cosas, esa hermandad y colectividad iba creciendo y los problemas económicos te dabas cuenta que era un problema de comunicación, que si vos podías hablar con gente y abrirte, esos problemas se podían solucionar.

EC.art: ¿Cuáles han sido los desafíos más significativos que ha enfrentado como emprendedor creativo? ¿Puede compartir algunos ejemplos específicos?

O.S: Luchar con el ego, el ego del artista es bien complicado, suena romántico, pero nos lo enseñan en la historia del Arte. “El artista es un loco, no le importa nada” y tienes esa idea del artista, de artista sufrido, el que gana después de que se muere, y eso se convierte en una lucha con tu propio ego, y en el trabajo colectivo es bien complicado porque hay muchas personas y todas tienen eso. Jugar con todas esas energías y poder entender que podemos avanzar más lejos juntos que solos, es algo importante. 

Otro desafío, es entender el manejo de las propias economías, eso fue un tema muy delicado en Arterias, como se repartía lo que se empezaba a ganar llegando a varias personas, de diferentes lugares y rubros. Venían a entrevistarnos y pensaban que éramos una ONG, una fundación, el gobierno, una iglesia, y les explicamos que era autogestionado. 

Al año siguiente vino la alcaldía y nos hicieron la propuesta de replicar un proyecto en cuatro parques de la ciudad y en la plaza principal, había presupuesto, eso generó la expectativa de felicidad, el sentimiento de que podíamos vivir de esto y que no solo es necesario hacer “la cosita” he intentar venderla, sino que también podía haber un servicio. También generaba otra expectativa de fuente de trabajo que tal vez estaba más apegada a lo que deseábamos hacer, trabajar con la gente. El desafío era cómo dividir ese presupuesto en las personas, fue complicado. En su momento dijimos de dividir en partes iguales todo, pero tampoco se podía porque si dividían en partes iguales, y le das lo mismo a un artista que lo que le das a un grupo de teatro no es justo, o no es lo mismo un acto de una persona malabarista con una obra de un grupo de teatro, o un performance. Nadie nos habló de economía en la Universidad, como aprender a vender, o entender cuál es el valor de tu producción y las variables. Tuvimos varios tropiezos, varios enfrentamientos, y luego con el tiempo los fuimos superando.

EC.art: ¿Cómo ha navegado o superado estos desafíos y qué estrategias o recursos ha encontrado más útiles para hacerlo?

O.S: En ese tiempo las redes sociales eran nuevas, uno amigo informático, parte del colectivo, nos mostró cómo usar un DropBox y podíamos compartir los montos que cada uno ganaba con la confianza que nadie modificaría nada. Esa fue una herramienta importante, transparentar. Para algunos les fue difícil entrar a esa parte tecnológica al inicio, hablando de la época donde no había teléfonos inteligentes ni podías ver el archivo desde tu teléfono, tenías que ir a tu computadora o un café internet. Teníamos también una computadora en el taller  de artes visuales donde funcionaba ARTErias, donde todos podían aprender a usar el mail, algo que era nuevo para muchos. 

Otra forma fue reunirnos y charlar, sobre cuál sería es sistema más justo, las discusiones giraban en torno a porque el escultor gana igual que la obra de teatro, o el pintor. Necesitábamos entender todos los lados, entender el proceso de cada creación. En el proceso de convivencia que se daba en el taller las personas podían transparentar estos procesos, ensayaban, editaban videos, o bajaban información y podíamos ver cuánto tiempo invierten. Algunos pensaban que eran procesos fáciles, pero cuando veían el hacer cambiaba esa perspectiva. Era muy bonito para compartir, el gran problema era la desconfianza, que fue desapareciendo a medida que se fue transparentando. 

EC.art: ¿Puede discutir el papel del apoyo gubernamental, si lo hubiera, en el crecimiento y desarrollo de su negocio? ¿Qué políticas o programas han sido más beneficiosos para su empresa?

O.S: Cuando iniciamos no había políticas culturales, ahora creo que tampoco hay políticas claras. Cuando empezamos vimos que iniciaron otras organizaciones, y fuimos conectando con colectivos como Martadero, La Wayna Tambo, Cultura Viva comunitaria, creo que es la que ha sobrevivido más tiempo, y son las que más han luchado por la Ley de Culturas. TelArtes también ha sido una red fuerte, pero no tuvieron mucha respuesta. 

Una de las cosas claves  que todavía no se resuelve es que todavía no se entiende al artista como trabajado, no se entienden sus procesos como investigación y mucho menos las obras como bienes culturales y eso es lo que no permite que se pueda avanzar. Cuando nosotros no vemos el proceso de desarrollo del trabajo del artista, es invisible, entonces no entendemos por qué cuesta tanto o por qué se debe pagar tanto. En la forma de pensar de mucha gente, ese problema de invisibilidad es un problema de relacionamiento de las estructuras gubernamentales y de acercamiento con la gente que produce cultura, y en los casos de acercamientos, son muy pequeñitos, no permiten adentrarse en el proceso de cada rubro. 

Tal vez entender ciertos procesos permitió que se reglamente la Ley de Culturas de La Paz o de Tarija, sin embargo no hay una Ley nacional donde se amparen, cada quien tiene su propia Ley no hay comunicación entre esos entes. 

El no reconocer al artista como trabajador nos lleva a todos los otros problemas, es decir cuando buscas apoyo gubernamental, la mayoría de las cooperaciones no reconocen el trabajo del artista sino el producto del artista, por otro lado muchas ONGs u organizaciones pese a que actualmente están cambiando, la contraparte de un proyecto es tu trabajo como artista y no les importa que trabajo hagas, o cómo lo hagas, pero ellos pagan exactamente unos ítems que tienen que ser verificables, tienen que tener factura, recibo, etc., eso se transfiere a  políticas nacionales.

Es un mal que tenemos por falta de observación, el desconocimiento genera diferenciación. El carné de artista en muchos espacios nacionales no te sirve de nada porque te retienen impuestos, lo ideal sería que si te retienen los impuestos vayan a tu beneficio. Sería interesante que esos pagos fueran directamente a las AFP, somos trabajadores intermitentes, que tampoco es reconocido. 

Hay mucho desconocimiento, si hubiese una ley estaríamos amparados bajo un marco legal establecido, mientras tanto cada uno hace lo que cree que puede hacer mejor. Esa ley podría decir quien tiene las obligaciones y como, eso sería lo mejor. 

EC.art: ¿Cómo ha influido el contexto económico y social de su ciudad en sus decisiones empresariales y cómo ha adaptado su modelo de negocio para satisfacer las necesidades únicas del mercado?

O.S: Si bien con el colectivo hacemos algunos proyectos, lo que nos ha ayudado es hacernos conocer y tener un contacto más directo con personas clave. Ha sucedido que tenemos llegada a ciertos medios, ya conocemos cómo se mueven ciertas líneas. Nos hemos adaptado a los diferentes modelos de captación de economía, en ese caso por ejemplo en mi forma de trabajo, tengo un ingreso fijo, hago investigación y con eso pago las facturas básicas. La otra es a través de la producción de ciertos bienes, hay eventos donde vas a poder vender, no solo exhibir, dan espacios físicos donde llevas tu producción y sabes a dónde vas, proyectos artísticos que tiene que ver con curadurías que es parte de hacerte visible, llegan presupuestos y propuestas para hacer exposiciones. Por otro lado la gestión cultural, un proyecto que quieras generar, tener posibles financiamientos, eso es lo último que estamos manejando con Arterias. Antes solicitabamos a un solo financiador, ahora tratamos de hacer proyectos que tengan diferentes administraciones, y vemos que hay diferentes intereses en los auspicios. Nos hemos ido adaptando y entendiendo ese ecosistema.

Lo lindo del arte es que eres libre de hacer lo que tú quieras hacer. Donde vayas siempre habrá una persona que te dé impulso para seguir, y esa libertad creo que nunca la hemos podido negociar, por ej. El gobierno siempre nos ha dado la flexibilidad de poder hacer la propuesta que tenemos. Sin embargo tuvimos que adaptarnos al manejo de contratación. 

Ahora creció un montón la demanda, al inicio todavía era una teoría “el arte para la transformación social”, había mucho del campo teórico manejado por la comunidad internacional, que no tienen idea de cómo son las condiciones económicas en Latinoamérica, se hablaba mucho del teatro del oprimido, etc. que era un campo muy interesante, y ahora se ha convertido en un pilar, ahora hablan del pilar transversal de la cultura, desde donde se proponen todas las leyes, y eso ha hecho que crezca la demanda de ciertos gobiernos. Pero también hay una utilización de la cultura, sobre todo de cultura viva comunitaria, y cómo la cultura se la usa con fines políticos, que pasa mucho en Latinoamérica pero que existe una demanda, es una reacción a la necesidad, a veces no entendemos que necesitamos ni nosotros como seres humanos, pero cuando empezamos ayudó a crear empleos. 

Cuando empezamos nos decían pandilleros, nos decían de todo,  principalmente por que trabajábamos en espacios públicos y seguramente por nuestra forma de vestir jajajajajaja, ahora vas a todo lado y no hay boliche que no tenga un mural o un grafiti. Ahora hay mucha más demanda pero ha sido porque se ha generado una necesidad, pero también porque han comenzado a aparecer proyectos buenos, y llegan muy rápido a la gente, hemos logrado entender cómo el arte liga a la gente y no solo a la gente erudita o un tipo de público, sino a gente de la calle, que se siente parte de su comunidad. 

EC.art: ¿Cuál ha sido su enfoque para construir un equipo sólido y fomentar una cultura laboral positiva, donde el acceso al talento creativo y calificado puede ser limitado?

O.S: Manejo diferentes proyectos, cuando son proyectos colectivos tenemos una forma de organización que dependiendo del proyecto sabemos qué se necesita. Tenemos como un mapa de lo que sabemos que la gente está haciendo y que se puede ver quien puede ser potencial para el proyecto. Desde Arterias tenemos una cuestión, nosotros sabemos quién está con mayor necesidad, en cuanto a dinero, o alguien que tiene un hijo o que quiere hacer su taller; sabemos también que es una oportunidad para poder ayudarlo, porque nos ha ayudado anteriormente y es una forma recíproca. 

Cuando se trata de proyectos personales, tengo algunas personas que me asisten en la producción de una escultura por ej. porque necesitas usar máquinas o necesitas usar fuerza humana para tener procesos más rápidos y una producción fluida, en ese caso tenía una persona dependiente de mí, manejo sueldo día, el trabajo es intermitente, no siempre hay trabajo constante, pero hay una necesidad de ciertas personas para la documentación por ejemplo el uso de fotografía, video, y depende de si hay la posibilidad de pagarlo o de generar un crédito interno o de hacer un intercambio de servicios o proyectos.

EC.art: ¿Cómo ha gestionado los aspectos financieros de su negocio, como asegurar financiamiento, administrar el flujo de efectivo y lidiar con las fluctuaciones monetarias de la situación del país?

O.S: Una cosa es el profesorado, otra los proyectos de gestión propia, consultorías o asesorías, eso me genera un dinero para poder pagar un asistente cuando no puedo estar todo el tiempo haciendo la producción artística. Gestiono de diferentes lados pero trato de tener un dinero que es el dinero para producción, porque la producción tarda mucho en devolverse; primero tienes que desarrollar un concepto, producir la obra, difundirla para que pueda llegar a una persona que realmente la quiera y voy moviendo el dinero de proyecto en proyecto. La gestión cultural me genera dinero para las obras y el dinero de las obras ya me genera dinero para mis necesidades, como comprar más máquinas, construir mi casa. Es difícil no entrar a pérdida, porque siempre estás invirtiendo a ciegas, por la misma libertad que te decía, nadie me dice “tienes que hacer una escultura así”, yo hago una escultura y veo donde la puedo colocar o vender, o si hay alguien que la quiera vender, y si no encuentro quien la compre comienzo a generar una búsqueda de algún centro cultural donde poder hacer una curaduría e incluir este proyecto y así puede que aparezca algún comprador o vendedor. 

EC.art: ¿Usted siente que tiene un ingreso lo suficientemente satisfactorio para tener la vida que desea tener?

O.S: Claro que sí, lo que pasa es yo defino qué tipo de vida quiero. Uno siempre quiere más, yo no tengo familia aún, pero por ej. ahora estoy construyendo mi casa-estudio, y quiero generar dinero para hacer la construcción de mi taller. Ahora que tengo salud acepto todo y voy con todo. Pero a nivel de satisfacción de lo que yo hago y de lo que yo gano y la forma como yo vivo, estoy super satisfecho, muchas familias te dicen que “con el arte te vas a morir de hambre”, yo tuve la suerte de que mi familia siempre me apoyo. Mi padre cuando empecé a estudiar me dijo “yo te voy a apoyar lo único que quiero que hagas es que seas el mejor, que no seas un vago, yo te voy a apoyar hasta tal punto y luego tú tienes que seguir adelante si es lo que tú quieres estudiar”. 

Yo me raje en la vida, a mí me gusta vivir bien pero no puedo hacer tantos gastos como comer afuera todos los días, o salir todos los fines de semana de fiesta, no me lo permito todo el tiempo, solo a veces, porque en esas pequeñas cositas se te va la plata, cuantas veces gastamos dinero en tonterías que no necesitamos. 

Creo que esa es otra cosa bonita con Arterias, hemos visto cómo se dan otras formas de vida u otros mundos posibles, es la idea de ser totalmente autosustentable, actualmente mi idea es vivir de esa forma, vivo en el campo, construí una casa-estudio, mi idea es construir un taller, no tengo luz, tengo un generador, me controlo mucho con gasto de luz, tengo agua por suerte, la idea es poder tener paneles solares para generar esa autosuficiencia, estoy ganando dinero para comprarlos, la idea es empezar a cosechar también, para que baje algunos gastos, la tierra es super amable. 

Las comodidades las puedes decidir tú, el estilo de vida es algo que se puede analizar, para mí, después de haber conocido muchas personas, el extra-lujo es poder vivir así. Tampoco hay que romantizar, irse a vivir al campo es complicado, pero es un lujo totalmente porque la extensión de tierra que tengo, no la podría tener en la ciudad ni trabajando 10 vidas.  

EC.art: ¿Cómo ve el futuro del emprendimiento en el país y qué consejos daría a los emprendedores bolivianos aspirantes que buscan comenzar sus propias empresas?

O.S: Creo que el mejor consejo es el me dio mi viejo, que “si te vas a meter a algo es con todo el corazón”, no basta con solo hacer tu mejor intento. Muchas veces pasa que tus expectativas no son como la realidad y crees que no estás en tu camino, es necesario aprender a tener consecuencia y disciplina, tu camino no puede ser sencillo siempre. Vivimos en una fluidez muy grande de cosas que tenemos que hacer y creemos que son importantes esa consecuencia y disciplina se van rápidamente, te generas formas de vida mucho más rápidas, pero no responden a lo que tú quieres hacer, es vital poder escucharte, entenderte y decidir qué es lo que quieres. Creo que lo más importante seria tener fe y aprender a fluir.

EC.art: ¿Qué papel cree que juegan la tecnología y la transformación digital en el crecimiento de las empresas en Bolivia y cómo ha utilizado su negocio la tecnología para alcanzar sus objetivos?

O.S: El uso de redes y herramientas tecnológicas es super necesario, hemos entrado a una etapa donde si no estamos acorde a todo esto, seremos los próximos analfabetos, pero también es necesario discernir qué tan esenciales son para tu vida. Tengo algunas aplicaciones para tener una vida tranquila, de momento las que usamos todas son gratuitas, todas lo más abiertas posibles. Y con relación a la inteligencia artificial, está bueno usar las herramientas para tu negocio. 

En imagen hay una gran cantidad de cosas que pueden servir para visualizar tu obra en algún lugar y te ayudan a tener una forma de acercarse a un público y hay otras aplicaciones que lo único que hacen es distraerte. Facebook casi no lo uso, Instagram solo uso el contenido para la gente que necesito, TikTok no lo he usado aún, y lo más importante es tener redes de comunicación humanas, la tecnología nos ayuda a difundir a gente específica, pero las redes humanas en mi caso funcionan mucho mejor, me ha funcionado mucho más que cualquier red. 

EC.art: Mirando hacia atrás en su trayectoria, ¿hay algo que hubiera hecho de manera diferente y cuáles considera que son las oportunidades de crecimiento más significativas para su negocio en el futuro?

O.S: Creo que no, creo que he tenido suerte. Es el destino o la energía que te une a gente hermosa que vas conociendo en el camino, todas las cosas que han pasado han sido para bien, incluso las cosas feas que te bajonean y te lastiman, creo que han servido para estar en este momento, no cambiaría nada, estoy feliz. 



Sobre el autor

Santiago Laserna 

Santiago Laserna

Economista investigador especializado en temas como la economía creativa, tecnología e innovación, economía cashless, y habitabilidad urbana. Tiene una maestría en Artes, Negocios y Creatividad de la Escuela de Negocios de la Universidad de Newcastle en Inglaterra y fue elegido por la Embajada de Estados Unidos como Humphrey Fellow para el periodo 2017-2018, donde se especializó en Economía para el Desarrollo en Michigan State University.