La alternativa económica pasa por la economía naranja
El principal ingrediente para este impulso de estas economías se relaciona con el arte, la cultura, la investigación, ciencia, tecnología, entre otras.
La economía naranja, llamada también economía creativa, es un modelo productivo en el que los bienes y servicios que se comercializan tienen un valor intelectual, porque nacen de la creatividad de los emprendedores. El término alude a las actividades económicas relacionadas con el arte, la cultura, la investigación, ciencia, tecnología, entre otras, en las que la creatividad es el principal ingrediente.
Santiago Laserna, fundador y gerente en Cowork Café e investigador de Desarrollo Económico en CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social) asegura que la economía naranja es fundamental sobre todo para países que todavía no han logrado un nivel de desarrollo óptimo como es el caso boliviano.
Es una oportunidad para salir del subdesarrollo sin requerir de mucho capital financiero. La raíz de esta economía se encuentra en la creatividad.
“La economía creativa es clave para esos países que no tienen muchas oportunidades, porque son las ideas las que adquieren el primer plano y es a partir de estas ideas que uno puede lograr diferenciarse y tener algún tipo de ventaja competitiva”, indica Laserna.
Un recurso renovable y sostenible
Hoy en día, cada vez más personas convierten sus ideas e imaginación en medios de subsistencia. Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) dan cuenta que, al 2021, la economía creativa representaba el 3% del PIB (Producto Interno Bruto) mundial, generaban 2,25 billones de dólares y empleaba a más de 30 millones de personas en todo el mundo.
“Al ser una industria basada en las ideas, se caracteriza por la innovación constante, los productos con características únicas -no elaborados por volumen-, o el uso de las herramientas digitales en sus procesos”, indica la Unesco.
La creatividad es también un recurso renovable, sostenible e ilimitado que se encuentra en cualquier parte del mundo y, aunque en la actualidad ya se ha consolidado plenamente, se dice que es la industria del mañana.
La creatividad impulsa el surgimiento de nuevos sectores productivos renovables y sostenibles.
Es transversal a todos los sectores
La economía creativa puede ser transversal a muchos sectores donde la creatividad adquiere el primer plano. La industria del software -según Laserna- es una de las más relevantes en este sentido e, incluso, hay ingenierías en las que se está alimentando la creatividad e innovación.
“Algunos negocios dentro de la ingeniería, como Tesla de los autos eléctricos, son impulsados por la economía creativa, de ahí que es fundamental entender la economía creativa como algo transversal a todas las disciplinas”, puntualizó el experto.
Para Laserna, Bolivia tiene una tendencia tradicional de enfocar su política económica en los recursos naturales, pensando que ésa va a ser la solución a todos los problemas que atraviesa el país.
“Se están acabando las reservas del gas y no estamos sabiendo muy bien cómo explotar el litio (…), por eso es que ahora es importante expandir nuestros horizontes y buscar otros rubros y sectores para que la gente encuentre maneras de generar su propio empleo y tener sus propios emprendimientos”, agrega.
En ese sentido, la creatividad e innovación impulsados por la tecnología que está al alcance de todos gracias al Internet y la programación permite competir a la par. “Ya no hay excusas ahora, todo depende de nuestras ganas de emprender, de nuestra innovación y nuestra creatividad”.
El especialista aseguró que la economía naranja permite al país diversificar sus actividades productivas, “generando nuevas fuentes de empleo que no dependen de un modelo de economía basado en la explotación de recursos naturales por parte del Estado, principalmente, el cual ha sido el modelo predominante en Bolivia a lo largo de las últimas décadas”.
Laserna participa activamente en el censo de economía naranja de Cochabamba que es impulsado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, a través del Instituto de Progreso Económico Empresarial IPEE, y la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba FEPC.
El Censo de Economía Naranja reveló que los sectores económicos con mayor presencia en Cochabamba son la gastronomía (49%), la innovación tecnológica y digital (creaciones funcionales, nuevos medios y software) con 6%, las artesanías con 14%, rumbo a la industria creativa con 15%, moda con 10% y editoriales y escritores con 7%.
La economía naranja también contribuye en la generación de empleos formales e informales con un 50,3% de incidencia. La presencia en la nube de las empresas naranja también tiene trascendencia ya que 70% de los negocios censados están presentes en la nube, aunque el 58% tiene operación híbrida, es decir presencial y virtualmente.
Santa Cruz motor de la economía naranja
Sin duda, desde hace más de dos décadas, Santa Cruz se ha constituido en el motor económico de Bolivia. Además de los productos y servicios tradicionales, ese departamento lidera también la economía creativa, generando importantes divisas para el país.
“La industria del software está adquiriendo notoriedad en Cochabamba, donde hay empresas importantes que están exportando mano de obra, know how de software”, concluye Laserna.
Fuente: El Deber