
Andrés Zaratti: gestionando cultura en Bolivia contra viento y marea
Politólogo de profesión, sociólogo de formación y padre de familia, nuestro entrevistado ha dedicado su vida al activismo social, la gestión cultural y el fortalecimiento de la participación ciudadana. Con una destacada trayectoria en el sector público y en colectivos sociales, ha liderado procesos claves para el desarrollo cultural en Bolivia, especialmente desde la Secretaría Municipal de Culturas de La Paz, donde impulsó políticas pioneras como la Ley Municipal de Culturas, el Plan Thakhisawa y el primer Mercado de las Culturas y las Artes del país. Su visión ha estado centrada en posicionar al desarrollo cultural como el cuarto pilar del desarrollo sostenible y humano, articulando cultura, economía y ciudadanía. Hoy continúa su labor desde consultorías, espacios formativos y la coordinación del Programa de Cine y Producción Audiovisual de la Universidad Mayor de San Andrés.
E.C: Cuéntanos sobre el proyecto que desarrollaste con apoyo de la UNESCO ¿Cómo evalúas sus resultados y qué desafíos has enfrentado?
A.Z.: La Coordinadora Plurinacional de Espacios Culturales Autogestionados (CPECA), a través de su Regional La Paz y la Fundación Visión Cultural, ejecutaron entre junio de 2022 a enero de 2024 el proyecto “Promoción de las Industrias Culturales y Creativas en la ciudad de La Paz, Bolivia”, del cual mi persona fue responsable de su elaboración y coordinación.
Para su ejecución contó con recursos del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural administrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), toda vez que fue declarado ganador, entre más de 600 proyectos, de la 12av versión en la 15ª sesión del Comité Intergubernamental de la Convención de la UNESCO, llevada a cabo el 9 de febrero de 2022 en Paris- Francia junto a otros ocho proyectos de Chile, Colombia, Guinea, Indonesia, Nigeria, Palestina, Seychelles y Timor-Leste.
El proyecto tuvo un costo total de $us 183.077, de los cuales $us 84.854,00 provinieron del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC), pero recibió apoyo económico o por espacie por parte del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, la Secretaría Municipal de Culturas del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, la Embajada de Italia en Bolivia, el Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), el Programa Familia Segura UNICEF y el Centro de Estudios y de Cooperación Internacional (CECI).
Los beneficiarios directos del proyecto fueron la CPECA, los ECA´s, principalmente de la Regional La Paz, así como emprendedores y gestores culturales de distintas regiones del país, mientras que los indirectos fueron empresas, instituciones, organizaciones socioculturales que participaron de los espacios de vinculación del proyecto o que se generaron a partir de él, pero también el resto de la ciudadanía, constituyéndose en potenciales consumidores de bienes y servicios culturales, principalmente que ofertaron los ECA´s a como parte de la ejecución del proyecto. Alrededor de 2.900 personas (52,6% mujeres – 38,3% menores de 30 años) de más 14 municipios de 8 departamentos del país (excepto Beni) fueron beneficiarios directos de las actividades realizadas; a lo que se suma más de 4.000 personas (63% mujeres – 51,2% menores de 34 años) que interactuaron con las publicaciones realizadas en redes sociales, principalmente Facebook.
Se implementó, por un período de 18 meses, ejecutando la mayor parte de sus actividades en 7 macrodistritos de la ciudad de La Paz (Max Paredes, Cotahuma, Periférica, San Antonio, Centro, Sur y Mallasa), en donde se encuentran los Espacios Culturales Autogestionados de la Regional La Paz. Sin embargo, asumiendo un visión nacional y colaborativa, principalmente a partir del uso de plataformas virtuales, muchas sus actividades tuvieron un alcance nacional, involucrando al resto de miembros de la CPECA, a otros espacios culturales y a emprendedores culturales.
Además, convencidos de que solos no se puede y de la importancia del trabajo colaborativo (en Red), el proyecto se ejecutó en articulación, coordinación y acción conjunta con más de 50 aliados estratégicos (socios), entre organizaciones y movimientos culturales, entidades públicas, privadas, de formación, actores socioculturales territoriales, locales y nacionales, así como instituciones y redes culturales regionales e internacionales.
Se centró en coadyuvar a la generación de condiciones y capacidades para fomentar el emprendedurismo cultural y el desarrollo de las economías culturales y creativas, impulsar la socialización y aplicación plena como desconcentrada de normativa y políticas públicas para un ejercicio pleno de los derechos culturales, principalmente en el municipio de La Paz y fortalecer las capacidades de gestión y sostenibilidad de los Espacios Culturales Autogestionados (ECA´s), así como potenciar las acciones de articulación, coordinación, comunicación, representación, propuesta e incidencia política de la CPECA.
Conllevó la realización de una diversidad de actividades como ser: mapeos y diagnósticos, procesos de capacitación, formación y asesoramiento, generación de espacios de intercambio de experiencias, discusión, socialización y propuesta, y elaboración de guías, directorios, manuales y protocolos, además de acciones de incidencia, articulación, alianzas y trabajo en red con más de cincuenta instituciones y organizaciones culturales, públicas, privadas y de la sociedad civil.
Las actividades del proyecto se aglutinaron en tres componentes: Economías Culturales y Creativas – Fortalecimiento del Emprendedurismo Cultural, Derechos Culturales – Socialización y profundización del marco normativo en pro del desarrollo cultural del municipio de La Paz e Institucionalidad e Incidencia Política – Fortalecimiento de las capacidades de gestión cultural y de articulación de la CPECA y de sus ECA´s miembros. Estos componentes han sido fortalecidos a partir de la implementación de una Estrategia de Comunicación de forma transversal.
La ejecución del proyecto “Promoción de las Industrias Culturales y Creativas en la ciudad de La Paz, Bolivia” ha posibilitado una articulación de distintos actores del sector cultural y del ellos con otros de otras áreas por ejemplo la privada-empresarial o pública, desde una visión integral, pluridisciplinaria y multisectorial. Esto ha generado una alta expectativa y confianza por parte de los actores culturales que ha sido reforzada por la estrategia comunicacional, además de la intención de dar la oportunidad de trabajar de forma colaborativa.
El proyecto ha posibilitado que la Coordinadora Plurinacional de Espacios Culturales Autogestionados (CPECA) fortalezca sus bases institucionales, técnicas y de incidencia para implementar sus actividades, así como de articularse con otros actores del sector empresarial, público y de cooperación internacional. También ha coadyubado al proceso de relanzamiento y posicionamiento que la CPECA está desarrollando, principalmente a partir de los Encuentros Nacionales de Espacios Culturales Autogestionados, el apoyo al proceso de obtención de la personería jurídica, los procesos de capacitación a ECA´s miembros de la coordinadora realizados, los resultados del diagnóstico del Estado de Situación de los Espacios Culturales Autogestionados y el Plan de Fortalecimiento de la CPECA. Además, posibilitó de que los ECA´s puedan acceder a información, espacios, herramientas y mecanismos que les puede coadyuvar en realizar de mejor manera sus labores de gestión y aportar a la consecución de la sostenibilidad de sus emprendimientos.
También la elaboración de una Agenda Base de Demandas e Incidencia del sector cultural que se elaboró como resultado de distintas actividades posibilita una oportunidad de tener un documento base sobre el cual el sector cultural se pueda sentar a discutir, articular y, ojalá, a desarrollar acciones coordinadas de incidencia frente al Estado.
Respecto a promover las Economías Culturales y Creativas el proyecto abrió la posibilidad de posibilitar la creación de un canal de diálogo y conocimiento mutuo entre el empresariado y emprendedores culturales, lo que puede derivar en la consolidación de mecanismos de relacionamiento y trabajo conjunto en pro del crecimiento económico del país y tener mejores así como mayores oportunidades para desarrollar emprendimientos; en este sentido la participación en el Centro de Economía Naranja de La Paz es crucial. A esto se suma que el Encuentro Nacional de Emprendimientos Culturales, la Incubadora de Emprendimientos Culturales y el Mercado Cultural se han constituido en una experiencia importante de articulación, encuentro y visibilización del emprendedurismo cultural, así como de reconocimiento de las culturas como un sector productivo.
Finalmente, con relación a la normativa vigente, se considera que el proyecto a través de los procesos de socialización, capacitación e información ha puesto en el imaginario de varios actores culturales e inclusive del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz la necesidad de conocer sus disposiciones, analizar el grado de cumplimiento de la Ley Autonómica Municipal 265/319 de Fomento, Salvaguarda, Desarrollo y Promoción de las Culturas las Artes del municipio de La Paz y, a partir ello, proponer modificaciones para profundizar los objetivos por la que fue promulgada, mejorar e impulsar su implementación y/o proponer disposiciones que corrijan posibles vacíos, inconsistencias o errores en las mismas.
Con relación a los desafíos enfrentados en estos 18 meses, un inicial fue el de adecuarse a la coyuntura conflictiva y polarizante que vive el país, que no sólo ha repercutido en la manera como autoridades y servidores públicos se relacionan e interactúan con actores del ámbito cultural, sino también en las propias dinámicas de relacionamiento interno del sector cultural. Lastimosamente se ha acentuado la incapacidad de mirar al otro, reconocerlo como sujeto de derecho y poder encontrar horizontes comunes a los cuales enfocarse de manera conjunta más allá de la diferencias políticas o institucionales existentes. Esto produce, por un lado, una alta desconfianza mutua que dificulta establecer espacios de coordinación o generar agendas de trabajo conjunto entre el ámbito público y la sociedad civil. Y también, por otro lado, generan una incapacidad del sector cultural de articularse y a partir de ello poder generar incidencia real en el Estado sin poder plantear una solo Agenda Compartida de Demandas o Incidencia y, más bien, conduce a reducir su incidencia en generar demandas o propuestas de forma separada que no logran repercutir en el Estado, en sus diferentes niveles, y muchas veces no pasan de ser netamente coyunturales o superficiales.
Un segundo reto que se enfrentó fue el de posicionar en el imaginario tanto de actores públicos como privados, e inclusive del mismo sector cultural que el Desarrollo Cultural es el cuarto Pilar del Desarrollo sostenible y, por ende, repercute en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Todavía se evidencia la falta de comprensión de la importancia de la cultura y su repercusión positiva en otros ámbitos como ser el social, educativo, ambiental, económico, territorial, entre otros. Esto imposibilita, por un lado, tomar conciencia de la necesidad del sector de generar espacios de encuentro con otros sectores, por ejemplo, el empresarial, como con otras instancias del Estado (que no son las responsables de las políticas culturales, pero sí tienen un efecto en ellas como ser las áreas de planificación, desarrollo económico, impuestos sean de carácter nacional o local) para poder lograr la atención de sus demandas y mejorar sus condiciones de producción de bienes y servicios culturales. Pero, por otro lado, ocasiona de que actores públicos y privados de otros sectores no vean al sector cultural como aliado estratégico para la consecución de sus propios fines.
Finalmente, un último desafío fue lograr cumplir con las expectativas que se generaron con el proyecto tanto al interior de la CPECA como de actores del sector cultural sobre los alcances del proyecto. Esto se debe a que como no existen muchas acciones de articulación y convocatoria pública por entidades públicas como de la sociedad civil, esta apertura que tuvo el proyecto de trabajar con distintos actores de una forma integral, pluridisciplinaria y multisectorial hizo que muchos de ellos planteen una diversidad de actividades adicionales, muchas fuera de los objetivos planteados, y/o generen ideas erradas de lo que les puede aportar realmente el proyecto y hasta donde éste puede llegar, por ejemplo creyendo que otorgará recursos económicos de forma directa.
Respecto a las lecciones aprendidas, una primera es entender y respetar los tiempos, lógicas y propias dinámicas que tienen los Espacios Culturales Autogestionados (ECA´s) y por ende de la CPECA, que muchas veces difirieron a las del proyecto e implicaron desarrollar acciones de escucha, negociación, comprensión, compatibilización y reprogramación.
Otra lección es la importancia de trabajar de forma colaborativa, pluridisciplinaria y multisectorial que posibilita amplificar la dimensión e impacto de las actividades planteadas, además posibilita generar agendas conjuntas que superen las diferencias coyunturales que se pueden tener. Sólo el generar espacios de escucha y diálogo entre diferentes actores, por ejemplo, entre empresarios, instituciones públicas de distintas áreas y el sector cultural, se constituye en un gran aporte frente a la situación de fragmentación y polarización que vive el país.
Una última lección fue hacer conciencia de la necesidad vigente de realizar actividades de carácter nacional para posibilitar articulaciones mayores y, sobre todo en regiones del interior del país para atender demandas insatisfechas de los trabajadores de las culturas para mejorar sus capacidades de gestión y emprendedurismo. Es evidente que en localidades fuera del eje central las condiciones de desarrollo de iniciativas y emprendimientos culturales son más rudimentarias y, por ende, existe un mayor requerimiento e interés de su población de participar de actividades de discusión, formación, incubación, articulación, incidencia e intercambio de experiencias y saberes en el ámbito cultural.
E.C.: En general ¿cuál crees que es la mejor manera de apoyar el sector cultural en Bolivia desde el sector público?
A.Z.: Considero que principalmente se basa en conformar y consolidar en el Estado una Gestión Pública Cultural moderna, integral y articulada, en sus distintos niveles.
Lo que conlleva partir de comprender que el rol de Estado, no es de hacedor de cultura o juez de qué es o no es cultura. Más bien es el de generador de condiciones óptimas para que los trabajadores de las culturas (creativos), de forma individual o colectiva, produzcan expresiones artístico, bienes y servicios culturales, pero también para que la ciudadanía pueda producir, reproducir y consumir la diversidad manifestaciones culturales existentes.
Esta definición del rol repercute en la forma y espectro en el que debe tomar decisiones respecto al ámbito cultural y la forma de administrar los bienes culturales públicos, especialmente los considerados patrimonios culturales, buscando un equilibrio entre la promoción de las artes y el resguardo del patrimonio, entre el fomento de lo existente y la promoción de la creación, entre lo autóctono, tradicional y lo contemporáneo. A mi entender una gestión amplia debe asumir como ámbitos de Intervención: la protección de los derechos culturales e impulso de la inclusión social, fortalecimiento de la promoción y producción artística–cultural, puesta en valor de los patrimonios culturales y gestión de infraestructura pública cultural), y componentes Transversales la: regulación y planificación del fomento del desarrollo cultural, generación de servicios y mecanismos de atención al público, desarrollo de procesos y espacios de discusión, formación e investigación en temas relacionados al ámbito cultural y, mecanismos y formas de participación ciudadana en el marco de la cogestión y gobernanza de las culturas.
También implica asumir un modelo mixto de gestión pública cultural que consiste, a partir del diálogo intercultural, en lograr un equilibrio entre la responsabilidad del Estado para garantizar condiciones de desarrollo de las diversas culturales y el acceso a sus expresiones y manifestaciones, con dejar que los ciudadanos a través del mercado la dinamicen y que iniciativas comunitarias adquieran la suficiente autonomía y tengan las condiciones adecuadas para producir, reproducir, conservar y promover sus culturas.
En segundo lugar la gestión pública cultural desde una plano conceptual debe sustentarse en el a) reconocimiento de la diversidad cultural existente en toda sociedad, asumirla como un potencial de desarrollo y promover su desarrollo, pero también su interacción a partir del diálogo intercultural para el mejoramiento de la forma de convivir y construir un futuro mejor, b) la conceptualización de las culturas desde una mirada amplia e inclusiva, que no la reduzca ni a la bellas artes pero tampoco a la puesta en valor solo de los patrimonios y c) principalmente tomar conciencia de la importancia de las culturas como factor estratégico para la consecución del desarrollo humano y social.
Este tipo de conceptualización deriva a: a) dejar de reducir el accionar desde una mirada sectorial e intersectorial, sino más bien estratégica que conduce a su articulación con otros ámbitos del desarrollo, b) diseñar un Programa de gestión amplio y diverso para atender la amplia variedad de necesidades y diversos tipos de demandas con relación al ámbito cultural, que varían sustancialmente del área rural a la urbana, de la zonas periurbanas a las laderas y entre las diferentes regiones del país. c) comprender que los beneficiarios de las políticas públicas no son los trabajadores de las culturas, sino la ciudadanía en general, y que el sector cultural se constituye en un aliado y actores central para lograr la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
En tercer lugar, asumiendo la tesis que solo no se puede y qué son los trabajadores de las culturas los responsables de su desarrollo, otro aspecto importante es construir una credibilidad y confianza mutua con el resto de actores del Ecosistema Cultural, para que a partir de ella se puedan emprender acciones conjuntas y colaborativas, así como generar espacios de diálogo e intercambio de visiones y experiencias. Sin confianza entre los actores públicos y privados es imposible desarrollar ningún tipo gestión pública cultural, por el contrario, solo a partir de un trabajo conjunto con todos, dejando a un lado la diferencias conceptuales, partidarias y sociales, reconociendo al otro como sujeto un actor importante, encontrando más bien horizontes y metas comunes, se puede responder adecuadamente a la complejidad del espectro cultural de un municipio o del país.
Esto conlleva trabajar arduamente desde la gestión pública cultural para generar gobernanza cultural a través de constitución de distintos espacios y mecanismos que garanticen el involucramiento y participación social de la ciudadanía, principalmente de los trabajadores de las culturas en la gestión pública en el marco de la Cogestión responsable.
En cuarto lugar, como secuencia de lo anterior, es importante emprender acciones estructurales antes que coyunturales, dejando atrás el rol al que se ha reducido a muchas instituciones públicas del ámbito cultural de simple productor de eventos o financiador de iniciativas culturales. Esto consiste en la elaboración de planes estratégicos de la gestión pública, incorporar el desarrollo cultural dentro delo Planes de Desarrollo Económico y Social territoriales y nacionales, orientar la gestión no solo a atender las demandas del sector sino asumir un visión que trascienda lo sectorial, generando políticas y medidas interinstitucionales y multisectoriales y de esta manera propiciar una efectiva integración de las políticas culturales con las demás políticas públicas de otras instancias para la consecución de un verdadero desarrollo económico y social
Un quinto aspecto a considerar es desarrollar la gestión pública cultural desde un rol de agente articulador basado en una mirada intra e intersectorial y multidisciplinaria. Esto consiste que como una tarea central a desarrollar desde el Estado es la conformación de una diversidad de espacios formales e informales que propicien el encuentro entre los diversos actores del Ecosistema Cultural, pero también con otros actores sociales, empresariales y políticos, no para negociar sus posiciones, sino para conocerse entre sí y encontrar elementos aglutinadores y de mutua interdependencia que les permita construir un horizonte común donde cada uno pueda aportar a la sociedad en igualdad de condiciones con su especificidad étnica, idiomática, etárea, de género y/o cultural.
Por otra parte, un sexto factor es el de tomar conciencia que una política pública no se construye en cinco años, por lo que la gestión pública debe en primer lugar partir de una continuidad institucional lo realizado por anteriores gestiones dejando atrás las malas prácticas comunes en el país dentro de la administración pública donde el ingreso de una nueva gestión destruye o ignora lo hecho por su antecesor, a pesar de su validez y éxito. Pero, en segundo lugar, tener el horizonte de generar acciones que trasciendan el periodo de cinco años de una gestión, conscientes de lo que uno realiza su conclusión y resultado estará a cargo de otras gestiones. Es decir, es asumir una lógica de cosechar resultados de anteriores gestiones y sembrar políticas y medidas cuyos resultados serán cosechados por otros.
Como parte de la continuidad institucional y proyección, es importante destinar esfuerzos y recursos para generar condiciones de infraestructura y equipamiento, pero sobre todo para la consolidación de un equipo multidisciplinario de servidores públicos tecnificado en la gestión pública cultural a partir de la combinación de personal proveniente y con experiencia en la administración pública, con funcionarios procedente del sector cultural sobre todo desde una experiencia de gestión o activismo cultural.
Finalmente, un séptimo y último factor es el enfocarse a abrir la gestión pública. Esto implicar proyectarla para lograr un presencia nacional e internacional a partir de la interacción con distintas instituciones del ámbito cultural y no cultural nacionales y la participación proactiva en distintas redes internacionales con la perspectiva de recibir o brindar asistencia técnica, generar espacios de intercambio de experiencias, pero también de establecer referentes para evaluar el desarrollo del modelo de gestión que se está implementando. Pero también esta apertura debe estar dirigida a promover la circulación de bienes y servicios culturales, la movilidad de trabajadores de las culturas a nivel nacional e internacional, la presencia de nuestras manifestaciones culturales en distintas regiones del mundo y la participación en otros mercados culturales principalmente del país y de la región latinoamericana.
E.C: ¿Cómo podría ayudar el sector privado a la promoción de la cultura en Bolivia?
A.Z.: Considero que el actuar del sector empresarial para la promoción de las culturas de Bolivia debe estar enfocado en el fortalecimiento y fomento de las Economías Culturas y Creativas , a partir de consolidar espacios de encuentro entre empresarios y actores del Ecosistema Cultural, la generación de condiciones y capacidades necesarias para fomentar el surgimiento de emprendimientos culturales y su acceso a mercados culturales locales, nacionales e internacionales, así como impulsando el trabajo en red y colaborativo entre el sector privado con el cultural.
Para este fin, es importante que es sector privada conozca y comprenda que: a) al margen de otros beneficios las manifestaciones culturales y expresiones artístico-culturales generan recursos y riqueza aportando de distintas maneras al desarrollo económico y al crecimiento económico de nuestras sociedades, en la media que genera innovaciones y valor, tanto para el individuo como para su entorno, b) el impacto del desarrollo cultural en el económico se debe a que la verdadera riqueza de una sociedad está en su gente, que la diversidad cultural se constituye en un recurso estratégico para promover bienestar y economía desde la convivencia intercultural y que el desarrollo cultural es un cuarto pilar del desarrollo sostenible, c) la actividad económica no puede estar disociada del desarrollo cultural, pues la cultura constituye un componente fundamental para el avance histórico, social, productivo y económico de las sociedades, d) el sector cultural debe ser asumido como un sector productivo toda vez como el resto desarrolla actividades económicas y aportan al crecimiento de la economía, produciendo bienes y servicios que atienden necesidades la población, producen innovación, crean empleo, producen valor económico, distribución de ingresos, pero también igualdad de oportunidades y desarrollan movilidad de economía y social, y e) los emprendimientos culturales son muy importantes ya que no solo generan riqueza económica, sino también bienestar, cohesión social e inclusión y por ende el desarrollo humano, pero a su vez, porque son altamente sustentable, ya que su fuente de recursos, la creatividad humana, es inagotable (si se fomenta de la manera correcta).
La toma de conciencia de los señalado anteriormente conlleva en primer lugar cambiar la forma y lógica cómo hasta el momento se relacionada el sector privado con los sectores culturales que se sustenta en una lógica paternalista que lo reduce a interactuar desde proyectos de responsabilidad social o contratarlos para activaciones de difusión de ciertos bienes o servicios, y recientemente como un componente anexo al turismo. Es necesario que el sector empresarial lo asuma como: a) un tipo de sector productivo con su propia cadena de valor y mercado, b) una potencial fuente de negocios en el que se pueden realizar inversiones y tener ganancias y c) un aliado o socio para mejorar los proceso de creaciones, producción, promoción, comercialización y consumo de las empresas, a partir de las peculiaridades y tipo de impacto que tienen los bienes y servicios culturales que producen los sectores creativos , los dispositivos identitarios que los sustentan, y/o el alto posibilidad que tienen el ámbito cultural de personalizar productos o servicios y de generar experiencias de consumo.
A partir de este cambio de percepción y de interacción con el sector cultural, desde el sector privado se podría aportar al desarrollo cultural a partir de acciones relacionadas a los siguientes componentes:
• Apoyo institucional, asesoramiento y asistencia técnica. Centro a partir de distintos servicios de asesoramiento, orientación e información fortalecer las capacidades y habilidades de trabajadores de las culturas en emprendedurismo para desarrollar emprendimientos culturales, lograr autosostenibilidad y formalización de sus proyectos y ampliar sus estrategias y espacios para la movilidad artística y circulación de sus bienes y servicios culturales a nivel nacional e internacional. Tiene que ver con que a través de las diferentes Cámara incorporar a emprendedores culturales como afiliados, permitirles acceder a los beneficios que tienes sus miembros por ejemplo para formalizarse, pagar tributos o acceder a diferentes tipos de inversión o financiación (privada, pública o internacional).
• Relacionamiento y alianzas estratégicas. Establecer espacios de encuentro y diálogo entre el sector cultural con sectores empresariales e instituciones públicas relacionadas a los ámbitos cultural y productivo para propiciar el conocimiento mutuo, el intercambio de experiencias, la identificación de problemáticas comunes con la perspectiva de identificar formas de cooperación, asistencia técnica y trabajo colaborativo para el fomento, promoción y fortalecimiento del emprendedurismo cultural.
• Espacios de formación, desarrollo e innovación Dirigido a proponer acciones de discusión, capacitación, formación y trabajo colaborativo, pero también de formación de públicos con el objetivo de mejorar las competencias empresariales del sector cultural e incentivar a emprendimientos culturales en alianza con otras instancias publicas y de la sociedad civil. Incluyen cursos de sensibilización y capacitación, el desarrollo de Laboratorios e incubadoras de proyectos, implementación de semilleros, entre otros.
• Incentivos a Economías Culturales: Consiste en la generación, sea desde el Estado pero también desde lo privado, de distintitos incentivos como ser fondos o concursos, destinados a promover el desarrollo de las economías culturales y creativas, aportar con recursos al desarrollo de emprendimientos culturales alienados con los objetivos de la gestión municipal y apoyar a la realización de encuentros, festivales, procesos de formación e iniciativas de la sociedad civil.
• Vinculación, Mercados y Ferias. Residen en la realización de distintas actividades de vinculación entre emprendimientos culturales con posibles demandantes de servicios y bienes culturales. Los demandantes podrán ser: empresas, instituciones, organizaciones socio culturales y ciudadanos. Las actividades de vinculación pueden ser mercados culturales, ferias de emprendedurismo cultural, ruedas de negocios- show case, vitrinas culturales, workshops, remates entre otros.
• Plataforma de monitoreo y gestión de información cultural de las Economías Culturales y Creativas. Se centra en coadyuvar en la conformación de un Sistema de información de las Economías Culturales y Creativas, con el objetivo de centralizar, generar, procesar y monitorear permanentemente información con relación a las economías culturales y creativas y el consumo cultural. Tiene que ver con realizar mapeos, bases de datos de emprendimientos culturales, encuestas sobre consumo cultural, así como a mediano plazo trabajar en la conformación de un Observatorio Cultural.
• Mejora de las condiciones de producción de las Economías Culturales y Creativas.- Comprende en colaborar en la realización de actividades de incidencia ante el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Ministerio de Planificación del Desarrollo y Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía y sus pares en los Gobierno Locales para el reconocimiento de las economías culturales y creativas como un sector productivo, incorporación de actividades económicas del sector en las bases de medición y, por ende, posibilitar que sean beneficiarios de política, programas, créditos e incentivos dirigidos a fortalecer y mejorar la productividad en el país.
E.C.: ¿Cuál sería una propuesta que te gustaría escuchar de parte de un candidato presidencial?
A.Z.: Tomando en cuenta la casi ausencia de propuesta específica dirigidas al desarrollo cultural como al sector cultural, en primer lugar, me gustaría ver que dentro sus Planes de Gobierno se incorpore de formar clara y no trasversal, ni ligado al turismo, al ámbito cultural, pero desde la perspectiva de asumirlo con un factor de desarrollo humano y social. Y a partir de ello se priorice como acciones a emprender en el corto plazo si llegan al gobierno, la siguientes diez:
1. Asumir a las Culturas como sector estratégico para el Desarrollo Humano y Social. Consiste en incorporar de un forma más contundente e intersectorial el Desarrollo Cultural en los Planes de Desarrollo Económico y Social (2026-20230), en sus diferentes niveles y vincular el Plan Sectorial de Cultura de forma más efectivo con los PTDI departamentales y municipales, pero además de apoyar desde otros sectores a proyectos e iniciativas culturales que aportantes a las metas de los 17 ODS 2030.
2. Consolidación del Sistema Nacional de Culturas y Gobernanza Cultural. Conlleva por mantener el Ministerio de Culturas, pero desde otro enfoque que ponga énfasis a la interculturalidad más que descolonización, genere un equilibrio entre la atención de manifestaciones culturales de los pueblos originarios indígenas campesinos y los sectores creativos, y de mayor relevancia al fomento del emprendedurismo cultural. Además, esto conlleva generar una normativa específica (tal vez en la Ley marco de Culturas) donde se definan con claridad las competencias privativas, exclusivas, concurrentes y compartidas, en sus diferentes niveles y desarrollar una estratégica de Gobernanza cultural que genere distintos canales de comunicación (Jornadas Culturales y Consejos de Culturas en los diferentes niveles del Estado.
3. Generación de un Programa Nacional de Fomento de las Economías Culturales Creativos (industrias culturales, economías colaborativas y modos de producción comunitarias). Este plan estará dirigido a promover condiciones institucionales para el desarrollo y formalización de emprendimientos culturales (normativa, infraestructura), mejorar sus capacidades y habilidades emprendedoras (formación especializada, incubadoras, aceleradoras, asesoramiento y orientación), generar incentivos (fondos, semilleros, concurso) y promover la participación en espacios de Vinculación (Mercados Culturales y Ferias Culturales- Ruedas de Negocios), en coordinación con otras instancias del sector público relacionadas al ámbito del desarrollo económico. Esto pasa también por reconocer a mayor cantidad de sectores creativos como parte del sector productivo nacional y generar alianzas con el sector empresarial, más allá del ámbito turístico.
4. Consolidación de un Sistema Normativo en Pro del Desarrollo Cultural. Implica por un lado la evaluación y ajuste de las siguientes normativas (Ley No 2206 de Exención de impuestos a los Artistas, Ley N.º 306, de Promoción y Desarrollo Artesanal; Ley N° 366 del Libro y la Lectura “Óscar Alfaro”, Ley N.º 459 de Medicina Tradicional Ancestral Boliviana; y Ley N.º 530 del Patrimonio Cultural Boliviano) y pero por otro la elaboración y promulgación de los proyectos de: Ley Plurinacional de Culturas, Ley del Artista, Ley de Derechos y Deberes Culturales, Ley de Mecenazgo y Ley de Economías Culturales y Creativas. Pero también conlleva el ajuste de procedimientos administrativos actuales que no están acorde con el sector cultural, siendo prioritarios por su impacto la generación de reglamentaciones y manuales específicas para adecuar y simplificar la implementación del Sistema de Administración de Bienes y Servicios del Estado Plurinacional a la realidad cultural y uniformizar los procesos administrativos (adquisición de bienes y servicios culturales) en la gestión de políticas públicas en los tres niveles del Estado y la implementación de medidas y procedimientos simplificados como de tratamiento preferencial para la movilidad artística y la circulación de bienes y servicios culturales por parte del Servicio Nacional de Migración y la Aduana Nacional.
5. Consolidación de un Sistema Nacional de Incentivos de fomento a la Producción Cultural. Pasa por la institucionalización anual del Programa de Intervenciones Urbanas, el fortalecimiento y articulación de otros fondos (Eduardo Abaroa, la articulación de los destinos fondos concursables y concursos nacionales, departamentales y locales, pero también la reeducación e implementación de incentivos tributarios, formativos (semilleros, laboratorios e incubadoras) y crediticios (acceso a créditos blandos).
6. Fomento de la movilidad artística y la circulación de bienes y servicios culturales a nivel departamental, nacional e internacional. Consiste en el desarrollo de estrategias, infraestructura e incentivos públicos para promover y facilitar la movilidad de trabajadores de las culturas y la circulación de bienes y servicios culturales a nivel departamental, nacional e internacional, priorizado el establecimiento de líneas de financiación de Fondos o incentivos públicos existentes para este fin y el apoyo a redes e iniciativas culturales centradas en esta acción, como ser festivales, mega eventos culturales y encuentros internacionales. Pero también conlleva la organización y consolidación de mercados locales, departamentales y nacionales de distinta magnitud, dirigidos a instituciones públicas y privadas, organizaciones, empresas y a la población en general para el intercambio y la adquisición de bienes y servicios culturales asumiendo que consumir cultura mejora las condiciones de vida
7. Implementación de un Plan Nacional de Formación desde y para las Culturas. Conlleva ampliar las medidas y espacios educativos de profesionalización del sector cultural artístico para la mejora de sus competencias y habilidades tanto a nivel técnico, licenciatura y posgrado, impulsar la institucionalización, fortalecimiento, reglamentación y ampliación del funcionamiento y cobertura de la estructura institucional de la Formación Artística de Bolivia en sus diferentes niveles, pero también la ampliación y diversificación a través de acciones interinstitucionales de los procesos de certificación de competencias a mayor número de disciplinas artísticas y áreas técnicas relacionadas al quehacer cultural en el marco del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC).
8. Desarrollo de una estrategia Nacional de participación y relacionamiento proactivo del Estado con redes, organismos internacionales de Cultura y mercados culturales internacional. Entre los más importantes están, a nivel de Estados (Mercosur, OEI, UNESCO, Alba, Alca, etc.), a nivel de gobiernos locales (Comisión de Cultura de la UCCI, Unidad de Cultura de la Red de Merco ciudades, Comisión de Cultura del CGLU y otros), a nivel sectorial (Red Latinoamericana de Comisiones Fílmicas, Red de Ciudades Creativas, Red Iberoamericana de Culturas Vivas, Red de IberCultura Viva, Red de Cementerios Patrimoniales y otras) para el intercambio de experiencias y participación de agendas regionales en pro del desarrollo cultural y la generación de corredores de circulación de bienes y servicios culturales. Pero, también implica apoyar, impulsar y fortalecer la participación de trabajadores de las culturales en diversos los mercados culturales preferentemente de la región, como ser MICSUR, Ventana Sur, MICCA, Circulart, SIM San Paulo, Bogotá FW, BAM, BOMM, entre otros, así como en programas, espacios, festivales, corredores culturales y redes a nivel internacional, como ser: movimiento latinoamericano de cultura viva comunitaria, red iberoamericana de espacios culturales, festivales en red u otros.
9. Fomento del uso de tecnología para y desde el ecosistema cultural. Conlleva la implementación de una estrategia nacional o incluir al sector en las existentes para mejorar las capacidades y habilidades de trabajadores de las culturas para el uso de diversas tecnologías de comunicación e información que potencien la creatividad, gestión, producción, formación y promoción en ámbitos del Ecosistema Cultural, así como desarrollar procesos formativos y de capacitación para la alfabetización digital de población a partir de las culturas. Pero también conlleva avanzar en la Digitalización de Bienes Culturales bajo la custodia de entidades públicas, así como para el fortalecimiento de procesos de gestión participativa ciudadana y control social en el ámbito cultural a través del uso de tecnologías de la información y comunicación.
10. Desarrollo de una Plataforma Nacional de monitoreo y gestión de información sobre el ámbito cultural. Esto se lo realizará a partir de la actualización, mejora, diversificación a otras áreas técnicas y facilitación del acceso al Registro Plurinacional de Artistas, pero también de su descentralización en alianza con gobierno departamentales y municipales, y, también a través, de la reimplementación de la Cuenta Satélite a nivel Nacional, tal vez con la perspectiva de crear un Observatorio Nacional de Culturales en coordinación con el INE.